Como antecedente, a principios de este año, fue notificada por primera vez la enfermedad de Coronavirus (COVID-19) en Wuhan, China. Desde ese momento, el virus se tenía únicamente en esa localidad y se empezaron a tomar las medidas para evitar su propagación mundial. Lamentablemente, debido al gran flujo de conexiones comerciales y de personas, el virus se empezó a propagar al resto del país y a otros aledaños, confirmando así hasta el momento más de 137,000 casos confirmados, con una cifra de decesos que supera los 5,000. Declarada actualmente como una pandemia global por parte de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
En México al momento se han registrado 15 casos y las empresas mexicanas de transporte y logística están empezando a tomas las medidas para afrontar la situación y amortiguar los efectos que se causarían tanto a nivel sanitario como a operativo.
Esta situación ha complicado las operaciones comerciales en la mayoría de los países, principalmente en China, provocando que los precios del sector de transporte y logística en México en febrero, superaran ampliamente a la inflación registrada en el Índice Nacional de Precios Productor (INPP).
El sector logístico y de transportes es sensible a los movimientos económicos, ya que resiente rápidamente las variaciones de la demanda en el mercado, aunado a los problemas de inseguridad y sociales (manifestaciones o bloqueos), nuevas regulaciones, escasez de personal e incluso cambios abruptos en el medio ambiente. En este caso, la presencia de una pandemia global impone una incertidumbre y grande afectación.
El cierre de fronteras y aeropuertos es un factor que aún no tiene tanta influencia, pero si se mantiene más tiempo causará graves consecuencias en las cadenas de suministro de las todas las empresas mundiales.
De acuerdo al Termómetro TyT, indica que las empresas de transporte y logística mexicanas les debe de interesar las afectaciones al consumo, derivado de la propagación del COVID-19.
Por su parte, la Procuraduría del Consumidos llamó a no generar una demanda innecesaria de productos por el coronavirus, mientras que a las empresas les pidió no aplicar aumentos injustificados de ningún producto, con el objetivo de no crear situaciones de "compras de pánico" y desabasto de productos.
Expertos detectaron que el COVID-19 podía provoca cautela en la compra de bienes y productos de ciertas industrias, esto por seguridad y para priorizar el ingreso de productos de uso básico y sanidad que son prioridad.
Se encontró la disminución en la actividad manufacturera, con 17.8% de la participación. Para que la manufactura mexicana pueda continuar con sus actividades, recomienda Deloitte México que es crucial que las empresas analicen sus procesos logísticos, así como la situación de sus proveedores, a fin de detectar amenazas dentro de cualquier eslabón de los procesos productivos.
By: Linda Mixcoatl
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